Las micro, pequeñas y medianas empresas, tendrán que sobrevivir a las reformas emprendidas por el Gobierno Federal y que incluyen entre otras, las reformas fiscales y financiera; no obstante, el reto parece difícil dado el modelo de negocios y la estructura de costos con la que han operado las mismas durante muchos años.

SATDe acuerdo con el último censo económico, existen un total de 4’245,700 empresas, de las cuales el 0.3% están representadas por las grandes, el 4.2% por las medianas y pequeñas y el resto, 95.5% por las microempresas; las cuales cuentan con menos de 10 empleados.

Del total de las empresas, el 45.2% corresponde a organizaciones cuya actividad económica corresponde al comercio al por menor, es decir, que casi la mitad de todas las empresas en México, se dedican a vender productos como abarrotes, artículos de tlapalería, medicamentos, etc. y que se ubican en las distintas colonias que conforman las ciudades y municipios del país. Con excepción de las cadenas comerciales, como los Oxxos, 7 eleven, Farmacias Benavides, etc., la mayoría no cuenta con una contabilidad, ni estructura de costos y gastos, que les permita conocer las utilidades o beneficios que generan mes a mes y año tras año. En muchos casos no saben cómo calcular los precios que les permitan recuperar las inversiones realizadas en su negocio y cubrir al menos sus gastos de operación.

Las microempresas generalmente no son sujetas de crédito y por lo tanto, el dueño tiene que utilizar sus recursos financieros, para poder solventar las necesidades económicas del negocio y cuando éste cuenta con un historial crediticio sano, podrá conseguir financiamiento a tasas de interés generalmente altas, entre 80 y 130% anual; debido a que los recursos los obtienen de sociedades financieras, cajas de ahorro o préstamos prendarios, con lo que el financiamiento se vuelve un problema más que una solución, por los altos costos que representa.

La reforma fiscal contempla para las micro y pequeños negocios, un régimen que se denomina de incorporación y que tiene como ventajas entre otras, un descuento en el pago de impuesto sobre la renta del 100% en el primer año, mismo que disminuirá paulatinamente durante 10 años; sin embargo se tendrán que cubrir los demás impuestos y derechos, que incrementan las salidas de efectivo de estas empresas y que obligan a las mismas a la contratación de contadores y de hasta abogados, en caso de que no se cumpla debidamente con las obligaciones de ley.

Por supuesto la medida tomada por el Gobierno Federal, con estas iniciativas es muy loable ya que la mayoría de estos micro negocios, se encuentran en la economía informal y aunque el período de regularización es amplio, muchos de ellos no podrán hacer frente al sin fin de obligaciones, sobre todo si cuentan con empleados, a los cuáles se les debe pagar IMSS, INFONAVIT, SAR, impuestos sobre nómina, entre otros.

Por otra parte, durante este año se intensificará por parte del SAT, la revisión de los ingresos de las personas físicas en sus cuentas de cheques, ahorro y aún tarjetas de crédito, comparándose dichos ingresos con lo declarado a Hacienda y como lo mencioné antes, las personas dueñas de las micro y pequeñas empresas, utilizan sus propios o ingresos o recursos, o los mezclan con los del negocio. Considerando además que muchas de sus operaciones las realizan en efectivo, será muy difícil que puedan demostrar el origen de tales recursos, por lo que deberán cubrir a Hacienda en caso de un requerimiento, el impuesto correspondiente a su nivel de ingresos.

Con todo este escenario, es posible prever algunas consecuencias:

  • El uso de mayor cantidad de efectivo en circulación, evitando los depósitos en cualquier tipo de cuenta del sistema financiero, por parte de los microempresarios.
  • El posible cierre de micro y pequeñas empresas debido a que su estructura de precios, gastos y costos no generan una contribución suficiente para el pago de impuestos.
  • El aumento en número de personas físicas requeridas por Hacienda por no poder comprobar ingresos y su consecuente impacto en el negocio.
  • Crecimiento económico en este sector de la economía, tanto por la baja en la demanda interna, como por la falta de inversiones para incrementar el nivel de operaciones del negocio, debido a la carencia de recursos.

En resumen las  micro y pequeñas empresas cuentan con un escenario económico muy desalentador y como siempre sobrevivirán aquellas cuyos dueños más capaces, se adapten a las condiciones existentes; no obstante, es muy recomendable, la coordinación entre el Gobierno Federal, las entidades financieras y agrupaciones empresariales, para capacitar a los empresas micro y pequeña apoyándolas en el desarrollo de nuevos modelos de negocio y administración y más que nunca apoyarlas con fondos o garantías. No olvidemos que son los principales generadores de empleo de este país.