Con respeto y admiración a los verdaderos narradores del Fútbol Nacional de antaño, los maestros: Fernando Marcos y Ángel Fernández, -sin olvidarnos del maestro “El Mago Septien”, gran narrador del Béisbol.

Desafortunadamente no puedo decir que haya en la actualidad uno que se compare con los maestros del pasado. Lo cual a últimas fechas me ha obligado una y otra vez a “Sólo ver el fútbol en la tele”, y digo literalmente sólo verlo, ya que durante todos los partidos, sobre todo si el que habla es Trelles, el gran experto de estructuras futbolísticas, por eso del primer nivel, lo que hago es poner la tele sin sonido e intento de esa forma “ver el partido”. ¡Mute, se dice en pocholandia!

¿Y por qué haces eso?

Desde mí muy particular y personal punto de vista, qué caso tiene oír una y otra vez durante toda su diatriba a Camarena o a Villa de TDN, decir repetidamente durante todo el “partido”, dónde jugó, juega o jugará cada entrenador o futbolista que toca la pelota, cuánto vale su ficha y su traje y su coche, y hacerlo desde que empezó a jugar en el Benfica de Transilvania en el Kínder, en el Santos de Portugal en primaria, en el Dínamo de Bratislava en secundaria, en el Porto de Toluca o sería de Tultitlán el plano en preparatoria, en el Tenerife de Montreal en la universidad, en las fuerzas básicas del América de Santiago durante su sabático y en el equipo de primera división de los “Perros Rabiosos” de Juchitán el alto que lo debutó a los diez y siete años de edad, sin olvidarse de 3 meses, catorce días, doce horas, veinte minutos y diez y ocho segundos más (esto muy importante ya que está relacionado con los minutos que deben de acumular los equipos con jóvenes promesas y no sólo poner en la alineación viejitos, perdón, veteranos). ¡Ah y que debutó en la temporada de Apertura en el 1928 y que lleva 28 goles como local, 32 como foráneo y 14 quién sabe donde! Sin olvidarse de decirnos que ha ganado tres copas (obviamente de vino) en Tonalá y una de Tequila, en Guadalajara donde están los mejores.

Algunos de esos narradores o comentaristas también se creen consumados entrenadores de los equipos que juegan sin que les hagan el mínimo caso bajo sus narices mientras lo hacen, y dan todo tipo de absurdas ideas y recomendaciones de como alinear o atacar o defenderse de los contrincantes, sin haber nunca jugado ni un minuto el juego que narran. Se parecen a esos maestros de “Administración de Empresas” que conocí antaño (en la Pre-histeria), que daban de igual forma recomendaciones y sugerencias sobre cómo desarrollar la planeación estratégica de las empresas sean estas “PYMES o GRANDES”, o cómo generar sus planes de negocio o sobre la mejor forma de implantar sistemas de calidad o como operar tal o cual maquinaria, o de desarrollar un mejor trabajo en equipo u otras cosas, sin haber nunca pisado siquiera una planta o fábrica o empresa nunca. Yo los llamaba directores de pizarrón o de biblioteca.

¿Qué caso tiene? y mientras los comentaristas deportivos nos dicen toda esa sarta de datos históricos irrelevantes al juego, los jugadores ya han hecho o intentado mil y una jugadas. Y si los dejaron los contrarios, meter algún golecito…

¡¡Goooooooooooooooooooooooooollll!! O ¡¡Díganle que Nnnnnnoooooooooooooo a esaaaaaa pelota……!! (¡¡Y qué tal si le digo que síííí a esaaaaaaaaaaaaaaa pelotaaaaaaa!!). ¡¡Qué burla para el pobre tele-espectador…!!

¿Se imagina usted este tipo de gritos nerviosos o histéricos, parecidos a los de la “Bruja Escaldufa” o los de la “Llorona”, durante la narración de un partido de basquetbol o de vóley bol o de tenis, inimaginable, verdad, juegos en donde hay tantísimas anotaciones?

Eso sí, los narradores de fútbol gritan como locos desaforados cuando tal importante evento en el juego, interrumpe sus interminables monólogos. ¡Les da un tremendo coraje y gran rabia el haber sido interrumpidos por la innecesaria o inesperada anotación! Y ya terminada la molesta interrupción, continúan con su aburrida cátedra deportiva… ¡¡Qué digo cátedra, “Conferencia Magistral”!!

Y yo me pregunto mientras tanto: ¿Qué hay del partido…? ¡Ah, sí, el partido, saben, hace tres temporadas Miguel Sánchez jugó en el Rayo de Los Ángeles Celestiales y hace seis en el Tornado de Dallas Wyoming y después viajó a Cartagena Rusia con su novia de toda la vida… ¡Visitaron a su amada suegra y a su hermanita que toca el violín de oído y de pie…! Y ya allí entrenó unos seis meses con el Deportivo de la zona alta del rumbo, equipo de la honrosa tercera, que puede estar interesado en sus servicios, siempre y cuando se cure de la pierna derecha (¿o sería de la izquierda…?) que se lastimó a la altura de la tibia por una entrada muy fuerte del Trinitario De Paul, en un partido no tan amistoso en Chiluca Surinam, mientras jugaba en el Galaxy de Marte, pero sin olvidarnos que antes jugó cuatro temporadas en el Tigres de Detroit… La posición en la que era titular: ¡Aguador derecho…!

Pero allí no termina mí problema como interesado “escucha” de los partidos de futbol o basquetbol o béisbol, peor es intentar oír a los “expertos” comentaristas de TV Azteca, que se la pasan insultándose entre ellos o al pobre Campos. Y de vez en cuando hablan algo de fut, claro está después de decirnos dónde jugó antes la mamá del delantero Pérez del Guadalquivir de Brasilia, mucho antes de casarse con la despampanante güera Vilchis de Yucatán en Acapulco, su novia desde hacía dieciocho años y que después de la gran ceremonia nupcial (a la que asistieron exactamente doce mil quinientos doce invitados y tres árbitros internacionales, además de un cuarto juez de línea y uno de paz, por eso de las faltas, los fauls y las tarjetas de amonestación de colores amarillo y rojo y negro, y por la gresca que se presentó, ya que hubo unos 15 heridos en la agresiva “barra” de las bebidas alcohólicas), se fue finalmente con ella a militar en un equipo de cuarta división en Italia, el “San Pedro”.

¡Yo debería ser también narrador y viajar por todo el mundo contando historias reales o ficticias sobre cuestiones deportivas! Me ganaría una lana gigantesca haciéndolo y además de siempre viajar de “gorra deportiva”, podría conocer Turquía, Estonia, la “vieja” Checoslovaquia, Hungría, Rusia, Zapopán, San Francisco, Las Islas Vírgenes y las no tanto o Brasilia, y comería en los mejores restaurantes con gastos pagados. ¡Lástima, verdad…! ¡Voy a mandar mí CV actualizado, a ver si hay algún chance, aunque no lo creo…! ¡Pero, saben, no sé adónde mandarlo! Si ustedes saben o tienen algún conocido que sepa dónde, “Pus” me avisan… Siempre estoy disponible y nunca “fuera de lugar”.

Un favor antes de terminar, si quieren que le narre algún partidito de prueba o de práctica, llámenme y con gusto lo hago. Eso sí, me van a tener que pagar una fortuna por hacerlo. Y, no se les vaya a olvidar hablarle a mí agente antes para que les de mí humilde “Palmares”, para que lo puedan revisar y me paguen Sepetecientos dólares por el minuto de eficiente e interesante narración (de lo que sea…). Y, sí, sí jugué fútbol y también béisbol en alguna época pasada. ¡Así que algo sé del deporte de las patadas o del de las bateadas…!

Les recuerdo que ya estoy entrenando para comentar y narrar las olimpiadas próximas en Brasil. ¡Ojalá y me contraten! (Nunca he ido a Brasil…) (Me encantaría ir sin que me cueste un clavo con el “Compallito” y guasear y comer bien todo el viaje… Y ver a las “Garrotas” (mujeres bellas en Brasil y no tan bonitas en México).

 

¡¡Je, ja, ji, jo y ju…!! ¡¡BYE!!

Nota 1: ¡Avísenme para tener una cita en las Cumbres de Bientrata, estado de Desesperación CP 15151515BIS y me puedan contratar lo antes posible…! ¡Ya me estoy entrenando, no se les olvide!

Nota 2: Perdónenme si me hice bolas con los nombres de los equipos, sus ciudades, de los asistentes al partido y de los nombres de los jugadores y donde jugaron, juegan y jugarán la próxima temporada o las anteriores, pero, eso es lo que me acuerdo que dijeron los importantes narradores, digo educadores, en la Tele.