Con este escrito pretendo que el lector interesado en el tema, primero reconozca que está personalmente enfermo o que uno de sus más “cercanos” lo está, luego quiera curarse lo antes posible y posteriormente me apoye en la ardua tarea de ayudar a curarse a unos 120 millones de mexicanos actualmente graves de la “Esquezofrenia Galopante” que los aquejan.

Business people discussing and analyzing market data information on a modern digital tablet computer. Top view photoshoot.
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Para lograr esto último, un objetivo bastante retador, presentaré algunos ejemplos comunes con los que me he topado en mí vida profesional, del uso de la “Esquezofrenia” en la vida diaria y las terribles consecuencias que ha generado al manifestarse, o del impacto que me resulta del por qué las personas las usan para mí como colaborador, jefe o cliente.

1 “ESQUE NADIE ME DIJO…”

Este fulano “Esquezofrénico” colocó un material diferente al requerido en la tolva previa de mezclado para la formulación final de un lote de 3,000 litros de “shampoo anticaspa” de última generación, echando a perder por completo el producto final, ya que no fue posible reprocesarlo. Y además, fue necesario detener el equipo de mezclado un tiempo adicional entre los lotes programados, ya que con esta situación, fue necesario llevar a cabo una limpieza especial general al equipo, para evitar contaminaciones en las siguientes cargas por producirse. Al operario le fue muy fácil argumentar su falta de conocimiento de la formulación correcta, o de decir que nadie le había dicho que hacer, aun cuando tenía frente a el todo el tiempo las especificaciones completas del producto, las cuales incluían las dosificaciones exactas de cada componente. Si a ustedes les ha pasado este tipo de situaciones, cuidado. Recuerde que es más fácil y económico prevenir que corregir.

2 “ESQUE NO OÍ…”

El accidentado sólo alcanzó a decirle estas delirantes, sus últimas palabras, al paramédico que lo atendió ya tendido y sangrante en el arroyo de la carretera, después de haber sufrido una terrible volcadura. La causa real, no escuchó el claxon de emergencia del carro que violentamente lo golpeo al pasarse el imprudente conductor un alto… Púes como lo iba a oír, si iba hablando y texteando por su celular mientras manejaba el muy inconsciente, a alta velocidad. ¿Ustedes sabían que al hablar por celular mientras se maneja, se pierde el control o la noción de lo que uno esta haciendo, en igual magnitud o equivalente a la perdida de esa misma concentración y control sobre el vehiculo, que si usted hubiera tomado seis copas de alcohol y se pusiera a manejar? Por esa misma importante razón, les prohíben a los “Esqezofrenicos Galopantes” conducir tomados o usando el celular. ¡¡Medítalo por favor, por tú bien, el de tú familia y la mía…!!

3 “ESQUE ASÍ YO NO LO HAGO…”

Este “Esquezofrénico” amigo, tenía frente a si mismo la descripción completa de las actividades, en un “cursograma” perfectamente desarrollado para maquinar una importante pieza y además, recibió la capacitación previa requerida para efectuar el trabajo que debía de llevar a cabo para la fabricación de una flecha especial de acero inoxidable de aproximadamente 2 metros de largo y unos 35 centímetros de diámetro en su parte más gruesa. Al final del día la pieza quedo más chica en varios lugares y más grande en otros de lo que se requería, haciéndola imposible de reparar, con la perdida total del costo del material y de la “mano de obra” invertida hasta ese momento. El “experto” tornero y maquinista, argumentó, después de que el cliente se quejara por el trabajo mal hecho por la empresa, que el no hacía las cosas como le habían indicado en el documento mencionado, que el lo hacía mejor a su forma… Finalmente, la empresa tuvo que pagarle al cliente por el material que le había traído para maquilarle en forma urgente su pieza especial. Sólo de esta forma pudieron convencerlo de que no los demandará y cobrará costos adicionales por haberle él a su vez, incumplido a su propio cliente. ¡Vaya fulano…! Y aquí, no me estoy refiriendo al cliente…

4 “ESQUE YA ERA TARDE…”

Este nivel de “Esquezofrenia” resultó patético en una empresa que ya había por fin hecho todo bien y a la primera. Su “Cadena de Valor” funcionó esa vez a las mil maravillas, desde el proveedor, incluyendo manufactura, ensamble, empaque, facturación, crédito y cobranza, hasta el punto en el cual, debía de salir la mercancía de la planta, en un camión fletado para efectuar la entrega especialmente programada esa noche al cliente. El objetivo de la salida a esa hora era obviamente para que el importante cliente pudiera usar los productos en cuestión, que por primera vez iban completos y cumpliendo perfectamente todas las especificaciones la mañana siguiente en su propia línea de ensamble y producción. Los ilusos hubieran citado a “Murphy” en este triste caso, pero yo, mas bien lo ataño a la “Esquezofrenia Galopante” que existe por nuestros rumbos. El susodicho camión, saben, no salió esa noche como era esperado. La razón “Esquezofrénica” que escuchamos decir, y arriba anotada, se debió a la frecuente rotación de personal o sería a que el vigilante de la noche en cuestión no tenía autorizado dejar salir a los camiones tan noche por cuestiones de seguridad. ¿Quién sabe realmente que pasó…? ¡¡Pero, el cliente bastante molesto, el pedido canceló!! ¿Y usted, todavía emplea al americano “Murphy”, o al ruso “Kolonistakoff”, o al rumano “Estoikvv”, o a algún búlgaro disponible y barato, cuando tiene que resolver sus múltiples problemas locales? No preferiría mejor contratar un consultor aborigen, que mejor entiende nuestra cultura de trabajo, como su humilde servidor, para contener, corregir y prevenir los continuos problemas diarios que le suceden en su empresa, independientemente de su tamaño, por el elevado nivel de “Esquezofrenia Galopante” que sí circula diariamente por su organización… Si no, yo, no me molesto, y espero pues, que ojala alguno de los casos escritos en “Harvard“, por maestros de “Harvard”, a los cuales a veces les gustan los tacos y que son especialmente escritos para empresas del norte o de Europa o de África o de Asia, le sirvan para corregir los problemas que ya le causan los “Esqezofrenicos” que se supone ya trabajan por usted acá… ¡Sí acá en Texmelucan el alto, o será el bajo…!

5 “ESQUE ASÍ LO HEMOS HECHO SIEMPRE…”

El colmo de la soberbia y resistencia al cambio esta presente en las empresas y sus colaboradores “Esquezofrénicos”, donde la frase que aquí nos compete se dice sin ton ni son por todos los rincones de la organización. El escuchar este tipo de aseveraciones, me hacen pensar en ese tipo de personas u organizaciones, que quieren progresar o avanzar, viviendo de sus triunfos pasados y a hacerlo mirando hacía atrás. No toman en cuenta que las cosas han cambiado al igual que las necesidades de sus clientes lo hacen a diario y que sus viejos métodos de resolver problemas o “matar pulgas”, desafortunadamente ya no sirven. En ocasiones, quieren resolver nuevos problemas con viejas herramientas, sin darse cuenta que es necesario emplear nuevas. Es el triste caso, donde encontramos problemas que requieren de nuevas ratoneras porque los ratones que antes fácilmente se cazaban con las viejas, ahora son o más grandes o más inteligentes o ya se saben el cuento o hablan chino o conocen la causa “Esquezofrénica” que usaremos para justificar nuestra improductividad. Y no lo pueden o quieren captar. Este tipo de organizaciones y también sus colaboradores, donde su cultura está muy arraigada o chapada a la antigua, son de las más difíciles de ayudar. Si en tú empresa se usa este tipo de expresión seguido, ten cuidado, sobre todo si las ventas ya van en declive. Porque en un país como el nuestro, donde no existe “la cultura de la queja”, independientemente de la importante existencia de la “PROFECO”, la perdida de ventas o clientes, es el mejor síntoma de que las cosas no van como debieran ir por culpa de algunos de los “Esquezofrénicos”, que se supone, allí “trabajan”.