La relación bilateral México-Estados Unidos en el contexto electoral.

Por Carlos Manuel Sada Solana,
Embajador de México en Washington

En el transcurso de los últimos 25 años he tenido el honor y privilegio de trabajar al servicio de nuestro país en distintas representaciones diplomáticas en América del Norte. Durante este tiempo he sido testigo de la creciente integración económica y social entre México y los Estados Unidos para hacer de nuestra región la más competitiva en el mundo.

Sin duda la relación con Estados Unidos es la más importante y compleja que tiene nuestro país. Se trata de una relación dinámica y multidimensional que se extiende a todos los ámbitos de la vida nacional, desde el crecimiento y desarrollo económico, hasta los lazos sociales y familiares de nuestras comunidades. Somos más de 35 millones de mexicanos y mexicoamericanos que habitamos en los Estados Unidos; 12 millones somos nacidos en México, la mitad con residencia legal y el resto, de manera indocumentada. El intercambio comercial entre ambos países asciende a un millón de dólares por minuto, lo que representa un enorme potencial de crecimiento en beneficio de ambas sociedades.

Nuestra relación con el gobierno de los Estados Unidos se mantiene en los mejores términos, sustentada en un enfoque de amistad, respeto e intereses compartidos. No obstante, entre distintos sectores de la sociedad estadounidense aún existe una percepción negativa sobre México, misma que se ha visto exacerbada en el contexto del proceso electoral actual.

Somos testigos de voces que, aprovechando el descontento de un sector del electorado desinformado y ansioso por los retos que la globalización plantea a todas las sociedades modernas, distorsionan la importancia de la relación bilateral, al tiempo de desconocer y minimizar las aportaciones que realizan nuestros paisanos a la economía y a la sociedad estadounidense.

Esta situación que generalmente se presenta durante las campañas electorales nos plantea el reto de formular una respuesta clara y oportuna por parte del Gobierno de la República para evitar que el discurso se convierta en expresiones de intolerancia hacia nuestro país. Implica el establecimiento del diálogo con una amplia gama de actores de todos los niveles para destacar la relación con México como una indispensable para el bienestar de la sociedad estadounidense, misma que debe ser consultada y atendida constantemente.

La elección general en los Estados Unidos representa sin duda una oportunidad para reposicionar los intereses de nuestro país y lograr el pleno reconocimiento de la importancia de la relación bilateral por encima de la contienda electoral. La Embajada y los 50 consulados de México distribuidos a lo largo y ancho de la Unión Americana son pieza clave para la puesta en marcha del esfuerzo extraordinario de diplomacia pública que se requiere en estos momentos.

Uno de los componentes de esta estrategia es el fortalecimiento de la extensa red de amigos y socios de México en Los Estados Unidos, compuesta por políticos, académicos, empresarios, artistas y líderes de opinión, que cuentan con lazos permanentes con nuestro país. Se ha reforzado una estrategia de diplomacia pública que permite un acercamiento con estos actores para promover una imagen balanceada sobre México y los mexicanos, respondiendo puntualmente a los ataques infundados y las distorsiones de la campaña electoral. Esta estrategia se mantendrá como un ejercicio permanente de promoción de la imagen de México.

La institucionalización de la relación bilateral es primordial para prevenir un retroceso en el constante fortalecimiento de la relación entre nuestras naciones. Iniciativas como el Diálogo Económico de Alto Nivel, el Foro Bilateral sobre Educación Superior, Innovación e Investigación (FOBESII) y el Consejo Mexicano-Estadounidense para el Emprendimiento y la Innovación (MUSEIC) son mecanismos que han abierto espacios para que los gobiernos de ambos países, nuestros sectores privados, nuestras universidades, centros de investigación y jóvenes emprendedores, entre otros, trabajemos juntos para lograr mayores niveles de dinamismo y competitividad para América del Norte. Gracias al FOBESII y a Proyecta 100 Mil, en dos años hemos movilizado a más de 65 mil estudiantes mexicanos hacia los EE.UU. y aumentado en 19% el número de estudiantes estadounidenses que va a México.

Otro elemento fundamental para el empoderamiento de la comunidad mexicana que vive en los Estados Unidos y para reducir su vulnerabilidad ante el resurgimiento de la retórica anti-inmigrante es la doble nacionalidad. A pesar de nuestra numerosa presencia en la Unión Americana, nuestro peso político sigue siendo inferior en comparación con el de otras diásporas, como la comunidad judía o cubana. Millones de paisanos son elegibles para convertirse en ciudadanos estadounidenses, pero en ocasiones el costo del trámite y la falta de información con respecto al proceso de naturalización previenen que nuestra comunidad adopte la doble nacionalidad.

La promoción de la participación cívica y de la doble nacionalidad entre los mexicanos en Estados Unidos es esencial para su integración en sus nuevos lugares de residencia y así expresar sus opiniones a través del voto, pieza clave del proceso democrático. Mediante la formación de ciudadanos, comunidades y sociedades binacionales, la comunidad mexicana tendrá una nueva revaloración de sus aportaciones a la sociedad estadounidense y podrá desvanecer los estereotipos negativos que se han gestado durante décadas sobre nuestro país en su conjunto.

Para el Gobierno de la República es prioritario lograr un verdadero reconocimiento de las enormes contribuciones de nuestros connacionales al desarrollo y prosperidad de los Estados Unidos, así como los grandes beneficios que la relación bilateral aporta a los ciudadanos de ambas naciones. Durante la campaña electoral que se desarrolla en los Estados Unidos, los diplomáticos mexicanos encabezados por nuestra Cancillería redoblamos esfuerzos para defender a nuestra comunidad, y al mismo tiempo, mostrar ante el electorado estadounidense la realidad de nuestro país y la complejidad de nuestra relación, que trasciende cualquier discurso o coyuntura política.

*NOTA DEL EDITOR:
El presente artículo fue publicado previamente en la revista de la Universidad Iberoamericana. Año VIII. Número 46. Octubre-Noviembre 2016: “IBERO”. PP: 4-6. Pulso Pyme (www.pulsopyme.com) obtuvo autorización para publicarlo directamente de nuestro importante colaborador, el embajador Don Carlos Sada Solana.