En el último informe del director general, o sería del presidente (CEO) en turno de la organización, el que atentamente escuché el pasado 5 de abril del 2020, oí una vez más la nueva repetición repetitiva del mismo mensaje antediluviano repetido que he estado escuchando los últimos meses y años. Y, en el cual me reconfirmaron que se seguirán llevando a cabo por parte de la dirección general, todas las actividades que ya se habían anunciado y programado con anterioridad, independientemente si eran o no las correctas. Que además, dichas tareas son las adecuadas para la organización, independientemente de lo que cualquiera diga u opine, incluyendo a algún colaborador o principalmente a los múltiples, incontables y perennes enemigos y adversarios de la dirección general y sus irrelevantes ideas.

Los estudios y la experiencia actuales nos han demostrado una y otra y otra vez que para que la dirección general de cualquier empresa, independientemente de su tamaño o giro,  pueda lograr los resultados que pretende, es necesario tener, liderazgo, visión del futuro, trabajo en equipo y algo de mejora continua, pero principalmente se requiere vencer la “ESQUEZOFRENIA GALOPANTE” y la “RESISTENCIA AL CAMBIO”, que afectan la obtención de resultados adecuados en las organizaciones del siglo XXI, independientemente de su tamaño o giro, sean estas “PRIVADAS DE INICIATIVA” o “PARASITALES” o “MICRO o PYMES” o “GRANDES” o “GIGANTESCAS”.

También escuché atentamente los comentarios que hizo recientemente el presidente del CCE (Consejo Coordinador Empresarial) del país, el señor Carlos Salazar Lomelín, donde nos mencionó efusivamente que han intentado hablar una y otra vez con la dirección general para que los escuchen y modifiquen algunas de sus actitudes y programas, y que además los apoyen en esta época complicada tanto económica como de salud que atraviesa la organización mundial. Sin obtener desafortunadamente el mínimo resultado o la respuesta buscada para tales importantes iniciativas. O como decía mi abuelita en paz descanse: “Le hablaron a la lámpara”. ¡Lo decía normalmente en Yidish…!

Y, respecto a los apoyos o al trabajo colaborativo que pretenden ofrecer las “GRANDES” a las “MICRO y a las PYMES”, permítanme primeramente comentarles que me parece una propuesta interesante, pero que desafortunadamente en mí humilde experiencia, tales ayudas o apoyos a micro o pequeñas o medianas empresas, nunca han funcionado adecuadamente, ya que, las “GRANDES” no entienden a las “CHICAS” y las “CHICAS”, tampoco a las “GRANDES”. ¡Vaya reto, ya que el Director General, no entiende tampoco ni a las GRANDES ni a las CHICAS!

Algo de lo que se propone hagan las asociaciones de empresarios o las “GRANDES” empresas, incluye adoptar a una micro o pequeña empresa, hacerle compras adelantadas, efectuar el pago de sus facturas o recibos a más tardar a 30 días independientemente de las condiciones previamente pactadas, ayudarlas a conseguir factoraje y no penalizar sus contratos, entre otras brillantes propuestas mencionadas. Lo cual, suena bien, pero creo que es insuficiente.

Además, y a este respecto de la ayuda que el Director General también les ofreció por su parte a las MICRO y a las PYMES, el, incluyó una importante condición a las GRANDES Empresas y a sus Asociaciones Empresariales: -“Ayúdenme a cobrarles los impuestos que tienen pendientes de pagar las GRANDES, que nos deben mucho dinero y de allí, de lo que cobremos, les presto a las CHICAS”.

¿Qué dijo qué…?

O como decía un querido tío que en paz descanse: -“El panteón está lleno de gente que definitivamente si dejó de fumar”.

Todas son buenas ideas e intenciones, las cuales debieran de ser empleadas siempre y no solo en esta complicada etapa económica mundial. Mientras tanto la “MICRO y la PYME, sufren…! Y seguramente también las “GRANDES”.

¿Por qué? Pues lean lo que sigue a continuación algunos patéticos casos relacionados a esto último: 

Aquí les presento entonces algunos ejemplos reales y sumamente tristes, relacionados al trato que personalmente me dieron anteriormente algunas “GRANDES EMPRESAS” de diversos giros y tamaños, para que tales casos sirvan para mejor definir los “APOYOS” reales que se les pudieran dar a las “MICRO y a las PYMES”:

1) Hace algún tiempo, le entregaba los libros de mí humilde pequeña editorial, y de mí autoría, a un par de esas librerías “GRANDES”, sí de esas que tienen sucursales por todo el país. Me los pedían a consignación y yo aceptaba de mil amores con tal de poderlos exhibir y probablemente vender. Lo que significaba, de acuerdo a lo pactado, que me los pagarían después de haberlos vendido ellos. Normalmente, saben, primero me los pagaban a los 30 o 60 días después de la venta de los libros. Pero eso se fue modificando paulatinamente sin mi control y posteriormente me los liquidaban después de haberlos vendido entre 150 y 180 días después de que ellos hubieran recibido el pago. Además, su sistema de recibo de facturas a revisión o el administrativo era nefasto. A veces, me tomaba otros 30 días en entregarles la documentación requerida, eso sí, haciendo colas gigantescas en viernes. ¡Tuve que retirarles mis libros y dejarles de vender! ¿Por qué sería? La editorial quebró…

2) En otra época, intenté venderle los productos que hacíamos en mí pequeño taller de fabricación de muebles a los grandes almacenes: “El Castillo*”. Dichos muebles estaban principalmente diseñados para la recamara del bebé. Estos incluían: Cambiador, Cuna, Sillitas, Mesita, Periquera de doble uso, Silla empotrable en la mesa del comedor, Columpio y otros muchos más para las recamaras de los adolescentes o salas o…, Los cuales fabricaba con las más estrictas especificaciones y controles de calidad y producción. Además, los productos cumplían con las más exigentes normas internacionales de calidad. Y también las mías propias.

Después de cien intentos para obtener una cita con la importante compradora de este tipo de productos en los grandes almacenes “El Castillo*”, por fin lo logré y me presente elegantemente ataviado para tan importante reunión. Ustedes saben; -“Traje recién sacado de la tintorería, camisa y corbata nuevas, zapatos boleados, etc.” – Llegue además puntual. No, pero ellos, no me recibieron antes de dos largas horas de espera. Ustedes saben: “Mucha Chamba” con citas con proveedores no novatos o nuevos como yo pretendía ser.

La persona que me recibió en esa ocasión, la importante compradora de los grandes almacenes “El Castillo*”, Teresita, según pude inicialmente observar en el momento en

que entré en su oficina llena de mil y un cachivaches, muchos de ellos relacionados con liturgia y religión, para mí era, una señora de unos 70 años de edad. ¡Creo ser un buen fisonomista!

Y tomando en cuenta mi rápida percepción, así procedí a saludarla; “Buenas tardes Señora”. (Lo consideré correcto en ese momento). Pero, no lo fue, fue un error gigantesco de mí parte. ¿Apoco…?

Me contestó inmediatamente furica la importante, que digo importante, importantísima compradora de artículos para bebé de los grandes, que digo grandes, gigantescos almacenes “El Castillo*”: “¡Señorita joven, y mucho trabajo me ha costado…!”

Mi cita de negocios esa lluviosa tarde de verano, duró sólo unos cinco minutos más. Me despedí: -“¡Hasta luego señorita…!”-. No me contestó. No me compraron nada mientras la señorita estuvo en dicho importante puesto… 

Cuando finalmente me compraron, después de una devaluación elevada no me aceptaron la nueva lista de precios, con los precios ajustados de acuerdo a la mencionada devaluación y ahora el pequeño taller de muebles ya no existe…

3) Decidí posteriormente asociarme con un amigo y colega de la universidad donde trabajábamos. Así que invertí una cantidad importante en su empresa. El, era un genio para la electromecánica y así había reconstruido unas máquinas automáticas para fabricar vasos ecológicos, como  los que ahora usan en todos lados. Teníamos vasos de todos tamaños y podíamos también fabricar nuevos modelos y decorarlos con los logos de los compradores. Me comprometí a apoyarlo con las funciones de mercadotecnia y ventas ya que él, no había logrado vender su producción. Podíamos hacer casi un millón de vasos de esas características al mes.

Así que armado con algunas muestras, decidí intentar hacerme una cita en las grandes tiendas llamadas COSTCORRON (Este nombre no lo oculto del todo, aunque desafortunadamente se parece al de otra “DESORGANIZACIÓN”, no se lo merecen como empresa ni tampoco el ocupado comprador, al que yo le di el nombre ficticio pero no imposible de: “Don John de los Palotes de Maderas Finas”). 

Encontré su número de teléfono y pagina en el directorio y en la red y en la publicidad que continuamente me mandan como cliente y miembro. ¿Fácil, no?

Marqué y pregunté por el nombre del comprador de vasos. Me contestaron que se llamaba: “John de los Palotes de Maderas Finas”, pero que estaba por salir de vacaciones ya que terminara con uno 400 pendientes. Que mejor le llamara en unos tres meses ya que él regresara de sus merecidas vacaciones en la Riviera Maya (¿O será la Santa María la Rivera de Ciudad Azteca…? ¿O, en la Rivera del Río Chiconcuac el bajo…?)

Eso hice, y anoté en mí humilde agenda llamarles en tres meses y les llamé finalmente en tres meses. Me dijeron en ese nuevo intento de conseguirme una primera cita: “Por ahora no hay citas. Por favor llámenos en tres meses más”.

Por fin a los nueve meses de intentarlo, nació el chamaco, y me dieron una cita con Don John de los Palotes de Maderas Finas, para tres meses después. La razón: “Está saturado de trabajo… Y ahora tiene 750 pendientes debido a sus merecidas vacaciones”

Finalmente el día de la esperada con ansias cita llegó. Y nosotros llegamos unos 30 minutos antes, así lo recomienda Landri en sus videos. Al llegar, nos registramos y nos preguntaron las dos bellas recepcionistas, modernamente vestidas con sendas ajustadas minifaldas y perfectamente maquilladas, si teníamos cita y con quién. Contestamos que sí y que  dicha reunión de negocios era con Don John de los Palotes de Maderas Finas, a las 10:00 A.M. esa soleada y calurosa mañana. Nos pidieron amablemente las dos esbeltas (y despampanantes) recepcionistas en la gran recepción de la gran empresa COSTCORRON, que nos sentáramos unos cuantos momentos en la sala de espera a que nos llamaran para pasar con Don John. ¡Johny para sus cuates y proveedores ya existentes y obviamente también para las hermosas y sexys recepcionistas y para…!

Eso hicimos, y nos acomodamos tranquilamente a esperar.

A las 10:30 A.M. les preguntamos a las voluptuosas recepcionistas si nos habíamos sentado en el lugar correcto a esperar. Nos contestaron que sí, y que ya sabía John, alias Johny, que lo estabamos esperando.

A las 11:00 A.M. de nuevo preguntamos a las esculturales recepcionistas que no paraban de recibir y amablemente atender a cientos de proveedores, donde estaba el baño y tomamos turnos para hacerlo. No fuera Johny a llegar (bajar) por nosotros, y perdiéramos la cita por estar en el baño haciendo pipi o popo juntos.

A las 11:30 A.M. seguíamos esperando. Nos dio hambre. Conseguimos unas humildes galletas y una lechita en la máquina expendedora. Las devoramos en nuestro lugar de espera, no habíamos desayunado para llegar a tiempo…

A las 12:00 A.M. tomamos turnos para estirar las piernas… El cielo, afuera del edicficio se había encapotado. ¡Nublado!

A las 12:30 A.M. por fin vino por nosotros desde arriba la asistente enviada por John por nosotros y nos llevó a un pequeño cubículo por un largo, obscuro y tenebroso pasillo. Entramos en una oficina vacía poco iluminada y la también bella asistente nos indicó que John no tardaría mucho en bajar también, que estaba terminando su junta matutina diaria de “LOGISTICA, CONTROL DE INVENTARIOS, DESARROLLO DE PROVEEDORES Y CONTROL DE LAS PLUMAS Y LOS CLIPS EN EL C.D.” de las 10:00 A.M. Le indicamos a la escultural asistente que no se preocupara que ya habíamos ido al baño y tomado unas lechitas con unas galletas… (Ella no nos ofreció nada y se fue de regreso por el obscuro pasillo donde habíamos estado antes. Y los hizo contoneando como barco en altamar, su bien formado trasero).

A eso de las 12:40 A.M. (¿O ya serían las 12:40 P.M.?), finalmente Don John de los Palotes de Maderas Finas entró pavoneándose y triunfante en su cubículo u oficina, aun cuando se veía demacrado y estresado, como que le urgían unas nuevas vacaciones. Venía con el celular pegado a la oreja derecha y hablando aceleradamente con quien sabe quién. Y, esto es lo que escuchamos mencionó apresuradamente en forma bastante misteriosa en el teléfono, en un inglés bastante defectuoso: “Mister, Señor, Don Peter el Grande de la Gran Empresa COSTCORRON, sí claro Pete, apenas termine esta rápida reunión estoy contigo. Sí ya sé que urge. Nos vemos en unos pocos momentos, ASAP”. 

Y de pie se presentó: “Yo soy Don John de los Palotes de Maderas Finas, comprador senior de la gran empresa COSTCORRON, ¿en qué puedo servirles?”

Sonó nuevamente su celular y raudo y veloz lo contestó: “Sí Pete ya voy. Yes. Sí, apenas termine esta reunión estoy contigo. Ya sé que urge. Espérame que no tardo… Nos vemos en unos momentos”.

John dijo a continuación después de terminar su urgente mensaje a Don Peter en las alturas: ¿En qué puedo atenderles?

Iniciamos nuestro “Pitch” de ventas para explicarle a Don Johny las ventajas de nuestros vasos ecológicos y cuando le mencionábamos los precios sonó nuevamente su celular y también el teléfono en su escritorio rugió y su “pager” vibró y su audífono rastreador aulló, todo al mismo tiempo que se encendieron una serie de focos intermitentes de alarma en su quesque oficina, e inmediatamente dijo al contestarle al insistente Peter: “Sí Peter, ya estoy terminando, ya voy, “I´m comming as soon as I finish this meeting”, ya subo nuevamente a tu lado, ya sé que te urge. ¿Dónde nos vemos? ¿En tu oficina o en la cafetería? Perfecto allí te veo” Y sin decir más o permitirnos continuar con nuestra explicación sobre los vasos o sus precios o nada, siendo exactamente las 12:45 P.M. Don John de los Palotes de Maderas Finas se levantó de su cómodo sillón, se acomodó el pantalón y la camisa y la corbata y el saco y sacó su peine y se peinó, y de inmediato se despidió raudo y veloz de nosotros, y de la misma forma salió como bala de la oficina, pidiéndonos a la carrera que le hiciéramos una nueva cita en tres meses ya que estaba sumamente ocupado. ¡Todo urge, todo urge! ¡Se le alcanzó oír, al decirlo a la carrera por el estrecho y tenebroso pasillo…! 

Saben, el susodicho pasillo era mucho más tenebroso que los pasillos y castillos que hicieron famosa y millonaria a J. K. Rowling con su misterioso personaje: el joven mago “Harry Potter”. (Ojala y mis tristes historias de terror empresarial también se vuelvan libros y películas famosas y me dejen “manque sea”, ansina sea dice en mí humilde pueblo, un devaluado peso o me quiten otro).

¡Johny nos dejó solos y abandonados en su mohoso cuchitril! Tuvimos qué preguntar cómo salir de allí, si del laberinto, con la cola entre las patas, caminamos de regreso titubeantes por el lúgubre pasillo nuevamente, donde seguramente muchos inocentes e ilusos proveedores como nosotros lo pretendían ser, habían muerto de inanición, de un ataque de estrés fulminante, de un cólico gástrico repentino, o de una mordida en un ataque fulminante de vampiros sedientos de hemoglobina fresca o por la visión de un fantasma morado espelúznate de un ilusionado proveedor fallecido allí unos meses antes, sin que Don Peter o Don John, abrieran sus puertas celestiales para realmente recibirlos y atenderlos como se merecían.… ¡Nosotros nos salvamos de ese tipo de finales trágicos inesperados!

Al terminar de salir del pasillo levemente iluminado con antorchas humeantes, nos despedimos resignados de las dos encorvadas y horribles brujas en la recepción, lúgubremente vestidas con raídas y deshilachadas largas túnicas negras, quienes sonreían maliciosamente, mientras bebían unas pócimas humeantes verdes, al ver nuestros pasos lentos, frustrados y desgarbados hacía la gran puerta de salida, caminábamos contrahechos y con aspecto sombrío, muy diferentes a los animosos pasos y semblantes alegres que teníamos al llegar rebosantes de esperanza y felicidad en la madrugada,

Cuando por fin salimos a las frías y lluviosas calles aledañas al viejo edificio de oficinas de la “GRAN EMPRESA COSTCORRON”, sin pedido y sin paraguas, eran las 12:46 S.P.M (¡Imagínense…!)

¡Sí Chucha! ¿Apoco crees que todavía me sobra un veinte para gastármelo en ti o en tu gran empresa? ¡Nunca más les he comprado nada…!

¡Ah, nuestra “MIPYME ECOVASOS”, tan prometedora, quebró! ¡Yo al igual que mi socio, perdimos todo lo invertido! Y eso que no había todavía pandemia… O buenas intenciones de apoyo de las “GRANDES” o de las “ASOCIACIONES DE EMPRESAS” o del “GOBIERNO YA QUE LE COBREN LOS IMPUESTOS QUE LES DEBEN LAS GRANDES”, o tristemente de mí abuelita “BERTHA QEPD…”, que de perdida sí me apoyaba en la realidad dándome de comer su delicioso pastel de chocolate con un vaso de leche bien fría..

4) El cuarto caso me sucedido en un ambiente netamente académico. ¡Ufff, Quién lo hubiera imaginado…! Les cuento que pasó a continuación en esa triste y desafortunada ocasión:

Hace aproximadamente unos tres años, me buscó y se acercó a mí urgentemente, un exjefe, excompañero de trabajo y desafortunadamente ahora examigo, para invitarme a apoyarlo en un proyecto académico, el cual requeriría que yo diseñara e impartiera una serie de cursos en un par de diplomados que él le había vendido a la “GRAN UNIVERSIDAD INTERNACIONAL”. ¡Vaya chasco! Uno de los peores que yo haya vivido en mi humilde experiencia profesional y empresarial. ¿Por qué, se preguntaran? Pues, entérense:

Bueno, eso hice, diseñé e impartí una serie de cursos y presente a mi examigo y a su representada “GRAN UNIVERSIDAD INTERNACIONAL PATITO”, la conocida por todos como la “GRAN UNIVERSIDAD PATITO (O SERÍA PICHICATITO) CON SUCURSALES EN TODO EL MUNDO, INCLUYENDO LAS DEL CONTAMINADO VALLE DE MÉXICO DONDE ACTUALMENTE VIVIMOS”, mis humildes “RECIBOS DE HONORARIOS LOCALES POR TRABAJOS YA DESARROLLADOS”, ya que esa era la forma acordada para poder recibir mis pagos como catedrático o humilde profesor. 

Y allí fue donde la rebatinga empezó: “Con todo tipo de escusas ESQUEZOFRENICAS por el retraso inesperado y larguísimo para recibir mis pagos”. Los días, semanas y meses después de haber hecho mi trabajo empezaron a transcurrir irremediablemente, los pagos vía transferencia no llegaban a mí cuenta por más que los pedía y exigía insistentemente. Lo que sí recibía una y otra vez era una sarta de escusas ESQUEZOFRENICAS del por qué no me habían podido depositar. Las escusas eran de todo tipo además de tener tintes locales o internacionales, incluyendo la enfermedad repentina del encargado de firmar los cheques o del problema del dedo de la que hacía las transferencias, la pobre “Lolita” o el clásico problema de la lluvia y la inundación de las aulas o la caída del sistema (pobrecito se lastimó y hubo que llevarlo a urgencias  gravemente herido).  

El tiempo para recibir dichos honorarios bien ganados, empezó a llegar primero a 60 y luego a 90 y120 días y después a más de 150 y hasta 180 días”. ¡Vaya descaro! ¿O sería algo que los financieros llaman: “Financiarse vía los proveedores o serían como yo: LOS POBREDORES?

Tuve que dejar de preparar dichos cursos y también de impartirlos, ya que la pérdida de valor de mi trabajo por inflación, intereses pagados a mis tarjetas o devaluación y baja del precio del barril de petróleo, hacían que el valor de mis actividades fácilmente se depreciara hasta un 50 por ciento o más. Además del malestar por tener que estar mendigando mí dinero una y otra y otra vez, para yo poder cubrir mis propios pagos y gastos.

Seguramente ya les mencioné que para impartir los dichosos cursos, no me pagarían,  ni los alimentos, ni la gasolina ni ningún viático para impartirlos. ¡Altruismo puro académico de mí parte en pro del alumnado sediento de conocimientos!

Ellos, saben, cobraron en efectivo, durante las inscripciones, dichos cursos mucho tiempo antes… 

¡Ahora sé y entiendo por qué han crecido tanto por todos lados y quien los ha estado financiando para  hacerlo…! ¡El humilde profesor! ¿O será el pobresor? 

5) Los increíbles quinto, sexto y séptimo casos y otros más que tienen que ver con otras “GRANDES EMPRESAS”, solamente se los contaré más adelante y sólo si me juran que tienen un pañuelo a la mano… ¿Lo van a necesitar, de la misma forma que yo use el mío, después de haber vivido tales nefastas experiencias empresariales como una humilde “MIPYME” y yo como iluso “EMPRENDEDOR o CATEDRÁTICO”.

Pero, antes de finalizar, por favor les suplico a los centros empresariales nos digan cuales sí son las “GRANDES EMPRESAS” que si apoyaran a las MICRO y a las PYMES, y en qué consistirán dichos apoyos y las condiciones para ser apoyados, para no molestar a las otras “PSEUDO GRANDES EMPRESAS” que no lo harán y que seguirán igual o peor que antes de esta terrible “PANDEMIA”.

Epilogo para estos cuentos, historias de terror o ciencia ficción y múltiples casos de la vida real: 

“Les informamos tanto a las “GRANDES” como a las “MICRO y PYMES”, que en PULSO PYME, HEMOS DESARROLLADO UNA ALIANZA ESTRATEGICA CON UNA EMPRESA ESPECIALIZADA EN FACTORAJE y que podemos “APOYARLOS” para obtener este tipo de servicios en forma adecuada. El primer requisito es tener ya tiempo surtiendo como “MICRO o PYME” a una “GRANDE,” que sí cumpla con los requisitos requeridos.

Por último, vean esto también: https://pulsopyme.com/y-tu-ya-fuiste-mi-alumno/ (Y, si necesitan consultoría o capacitación, pues pónganse en contacto conmigo, la cual puede ser vía remota también).

Fotos y Logos cortesía de PULSO PYME,  CONSULTORÍA E INGENIERÍA SC, PIXABAY, TODO-MAIL y OTRAS FUENTES. ¡MIL GRACIAS!

*Nota: Nombre cambiado adrede para proteger su  pobre identidad. 

Además, tomen en cuenta que cualquier similitud con la vida real es pura maldita coincidencia. Por favor acepten mis disculpas por esto o si de alguna forma los ofendí.

¡Sorry Johny! You know…

Bibliografía:

  • Jacobo Neuman Praes. “El Tour de Francia*”, Una Novela Mexicana sobre Calidad, Productividad y Cultura. 1ª. Reimpresión. 2008. Joega Editorial. ISBN 9789709146318 (Lectura muy interesante y recomendable). VER NOTA ABAJO.
  • Jacobo Neuman Praes. “Esquezofrenia, Manual Para un Nueva Vida.”. 7ª  Reimpresión. 2008. Joega Editorial. ISBN 9789709146301 VER NOTA ABAJO. Sobre este tema también es posible consultarlo en: www.pulsopyme.com 
  • NOTA: (Favor de conseguirlos en alguna librería de su preferencia o con el autor, Pidan cotización por favor. Esto último sólo en caso de que les interese leerlo. Recuerden que no es obligatorio ni leerlo ni comprarlo, aunque vale la pena).