En la sexta sesión de “CROWD WRITING” o “ESCRITORIA TUMULUOSA”, revisamos los primeros escritos de los asiduos participantes, incluyendo los míos que también he estado escribiendo, leyendo y compartiendo con la interesada concurrencia.

En esta ocasión, les presento la segunda parte de uno de mis cuentos del genero de: -CIENCIA FICCIÓN, INTITULADO: ZIP Y ZAP Y SU PERFECTO DEDESPEGUE-, EL CUAL ESTÁ BASADO EN LA ILUSTRACIÓN: “LA CASA DE LA CALLE MAPLE,

FUE UN DESPEGUE PERFECTO”-, relacionado a una de las imágenes que extraje exprofeso del libro: “LOS MISTERIOS DEL SEÑOR BURDICK”.

A CONTINUACIÓN, LA SEGUNDA PARTE DE MÍ CUENTO DE CIENCIA FICCIÒN:

“¡ZIP Y ZAP Y SU PERFECTO DESPEGUE!”*

*CUENTO BASADO EN LA ILUSTRACION “LA CASA DE LA CALLE MAPLE”, FUE UN DESPEGUE PERFECTO…”, DEL LIBRO: -“LOS MISTERIOS DEL SEÑOR BURDICK”-.

Por: Dr. Jacobo Neuman Praes**

jacobo@pulsopyme.com

** DERECHOS RESERVADOS

SEGUNDA PARTE:

Andrea y Miguel ya pensaban junto con sus nuevos amigos Zip y Zap cómo contarles a sus padres sobre todo lo sucedido y el por qué de tal tiradero. Todos rezaban, cada quien a sus respectivos dioses, para que los padres les creyeran. Si no, seguramente los dos periquitos, como ya les decían de cariño los niños, morirían en la cárcel de la ciudad. O, en alguna jaula terrícola de alambre…O rociados de algún tipo de insecticida.

Las diferentes y minúsculas herramientas que Zip y Zap sacaron de la nave y colocaron ordenadamente después sobre la mesa, fueron empleadas para hacer con ellas todo tipo de cortes a los materiales de las cosas que les trajeron los niños de la cocina o del baño o de la cochera de la casa.  Otras de las pequeñas máquinas que usaron, también después de sacarlas de la maltrecha nave, servían para hacer todo tipo de uniones perfectas o cortes minúsculos del tipo de nano-cortes ultra-precisos a la vez que hacían ruidos altisonantes además de que desprendían

vapores de diversos colores, ya que tenían luces intermitentes de diferentes tonos fosforescentes. Toda una enciclopedia sobre procesos y equipos de manufactura moderna productiva podría reescribirse nada más de ver operar tal maquinaria, sus avanzadas herramientas y a los cientos de hábiles y eficientes animalitos que habían salido de la nave para cooperar en las labores de reparación de la misma. La calidad de las operaciones que daban esas pequeñas máquinas y sus diminutos operarios era perfecta. General Magnetic, Gordo-Motors, Vale-Mart y Tarantola, soberbios por grandes o por sus directivos o gentes resistentes al cambio además de complacientes y que ya lo sabían todo, quedaban empequeñecidos por unos diminutos pericos verdes y otros rojos o anaranjados con manos, o por unas pequeñas cigarras multicolores con eficiente patas, unos seres tipo libélulas rosas que llevaban y traían cosas volando velozmente de un lugar a otro por el cuarto de los niños o por toda la casa y uno que otro micro-sapo azul que supervisaba a la perfección las labores manufactureras de tan interesante equipo productivo de otra zona de la galaxia. Vaya inteligencia y habilidad manual de esos pequeños bichos interplanetarios. Su inteligencia y conocimientos sobre calidad, productividad, trabajo en equipo y todo tipo de procesos de manufactura y ensambles eran increíbles, además de gigantescos. Sus herramientas indescriptibles. Su talento, aptitud y actitud ante el trabajo y sus responsabilidades, comparado con la de los improductivos y aguerridos  humanos, en sus grandes empresas globales, era incomparable.

Los niños les brindaron a sus inesperados huéspedes todo tipo de dulces, golosinas, refrescos, pastel con leche de chocolate, chicles, papas, pastelitos y galletas como posible alimento, los que de inmediato fueron devorados por los múltiples visitantes de la estratosfera. Su picos o bocas no paraban de picotear las dulces y deliciosas vituallas que los niños les habían ofrecido amistosamente. Las pequeñas y poderosas mandíbulas llenas de afilados dientecitos todo lo devoraban. La reparación no iba a ser sencilla, ni rápida, comentaron Zip y Zap en tono conocedor y misterioso… Además, la comida, los refrescos y los chocolates, estaban deliciosos… ¿Quién hubiera querido dejar esos manjares sin degustar…? Ni siquiera los pequeños extraterrestres podían resistirse a tales manjares terrícolas…

Al regresar esa noche los padres al adorado y querido hogar en la Calle Maple No. 4024, finalmente el dulce hogar, y ver el gigantesco tiradero que los niños y sus diminutos amigos de otros lados de la galaxia habían dejado por toda la casa, los castigaron ejemplarmente: -“No van a poder salir de su cuarto nada más que para ir a la escuela cuando se acaben las vacaciones, niños malcriados…”-, dijo en tono amenazador la madre. El padre, siempre negociador y comprensivo, les dijo que ya hablarían de lo sucedido en la mañana. -“¡Que por lo pronto se irían a su cuarto sin poder ver la tele grande y sin cenar…!”

-¡Qué bueno dijeron calladamente los niños entre si, cuando felices iban caminando de regreso a su cuarto!- Tenían tanto que hacer allí para ayudar a Zip y Zap con su gigantesca y ardua labor constructiva… Tenían además que evitar a toda costa que los padres entraran a la habitación. De hacerlo, Zip y Zap y sus miles de compañeros de viaje de todos tamaños y formas estarían irremediablemente perdidos… ¡Humanos! ¡Adultos…!

Las labores de reparación avanzaban lento pero seguramente sin parar las 24 horas del día. Los miles de animalitos obreros no paraban de usar sus increíbles máquinas para hacer o reparar todo tipo de micro-piezas metálicas o cuasi-plásticas. La tarea de alejar a los padres de la habitación era cada día más difícil. Ninguno de los dos progenitores les habían creído para nada su, según ellos, descabellada historia de una nave plateada esférica caída desdés el cielo sobre el bote de basura de repente y de hacerlo estrepitosamente. Los padres, enojados más por su bárbara imaginación los castigaron aún más. No podrían salir de la casa en un año… ¡Mejor, así podrían ayudar a reparar la nave durante más horas…!

En la séptima semana de arduas labores y trabajos, Zip y Zap, decidieron recargar de suficiente combustible la nave. Para hacerlo, sacaron de la basura unos 500 gramos de viejos recipientes de cartón corrugado y comprimido, de esos que se emplean para transportar huevos (blanquillos), y después de volverlos a triturar por completo y hacerlos polvo en sus diminutas maquinas trituradoras, y de agregarles en una olla de acero inoxidable unos 250 mililitros de agua destilada previamente hervida allí, un poco de vinagre de vino tinto (100 mililitros aproximadamente) y múltiples cascaras de huevos orgánicos, también previamente hervidas a gran temperatura (1200 grados Centígrados) con sus rayos láser color violetas y azulosos, las cuales en su momento también fueron hechas polvo fino (más o menos usaron 400 gramos de cascaras hechas polvo), dejaron descansar la mezcla después de hervir todo nuevamente a la luz del sol y a la sombra de las tardes-noches durante una semana completa. De dicha inimaginable mezcolanza pastosa y apestosa, que principalmente iba a ser puesta en duda por los avanzados investigadores y científicos humanos de las más prestigiosas universidades y centros de investigación mundial, sí, de esos que ganan anualmente los premios Rovel o son certificados por el SNIFFSNIFF, extrajeron después de comprimirla y filtrarla, aproximadamente un litro de un líquido pardusco, bastante oloroso a huevos, el cual, le dijeron a Andrea y Miguel, era el mejor combustible inter-galáctico que alguna vez ellos mismos hubieran preparado. Y, sin dilación, lo cargaron dentro de la reparada nave en los 4 tanques especiales a compresión, también recién arreglados, que lo mantendrían perfectamente sellado y, repito, bajo presión. Según Zip y Zap, les comentaron después a los niños, dicha cantidad de combustible les podría alcanzar para dar una 100 vueltas completas a toda la galaxia y unas 250,000,000 vueltas ida y vuelta a la tierra para llevar en cada una de estas, en su pequeña nave, la tan necesaria agua a su sediento planeta, conocido por todos como: -“Kuaptroz”-. ¡Vaya ejercicio de sustentabilidad y reciclado…!

Al haber terminado con todas las reparaciones requeridas y tomar sus últimos alimentos terrícolas, todo el equipo de producción fue nuevamente introducido y acomodado en su lugar en la nave. Los miles de viajeros espaciales, uno a uno se despidieron y agradecieron a Andrea y Miguel sus atenciones y apoyo en tan complicada situación. Al hacerlo, les daban besos, abrazos y mordiscos en los cachetes, los cuales, quedaron completamente rojos de tanto picotazo. 

Por fin llegó el turno de despedirse y agradecer la ayuda recibida a Zap y Zip, quienes abrazaron y besaron tiernamente a los niños prolongadamente, antes de entrar a la nave por la escalinata plateada. Unos instantes después, la puerta del navío bajo lentamente cerrándola y sellándola por completo.

Después de unas siete, o serían ocho semanas de intercambio de conocimientos e ideas sobre tecnología espacial, salud, procesos avanzados de manufactura, competitividad, calidad y productividad, valores, educación, y demás temas interesantes, la redonda nave plateada ya reparada y nuevamente reluciente, fue una vez más puesta de forma sigilosa en el pasto del verde jardín. 

El estruendo de los turbo-motores y los de sus termo-propulsores funcionando perfectamente, ya que las reparaciones se hubieron terminado satisfactoriamente, permitió a los miles pequeños pero sabios visitantes rojos y verdes y azules o anaranjados, despegar sin contratiempo. Iban todos dentro de la nave perfectamente acomodados en sus mullidos asientos, todos iban un poco más gordos que cuando llegaron, pero bien había valido la pena… La comida y el trato que les dieron los niños fueron ejemplares. Nadie se los había comido. Nadie los había matado ni enjaulado. ¡Lo podrían contar y también escribir en los manuales y almanaques intergalácticos!

¡El despegue fue perfecto…!

La pequeña nave se elevó velozmente hasta desaparecer en el firmamento, dejando tras de si, sólo recuerdos y enseñanzas inimaginables a Miguel y Andrea.

Los conocimientos adquiridos por los niños eran increibles. Sus aplicaciones podrían ayudar a muchos pobres, hambrientos y enfermos de todo tipo de males por toda la Tierra. Las esperanzas que lograrán finalmente la paz dependerían de que los adultos les creyeran. Las hazañas y aventuras que vivieron esos últimos días, en compañía de Zip y Zap, y sus múltiples acompañantes de todos colores y formas fueron incontables. Las habilidades y capacidades de Andrea y Miguel de ser mejores y más humanos crecieron desproporcionadamente. Su potencial de ser portadores de un mensaje fraternal de paz para todos los seres de ambos mundos, el de Zip y Zap, y el de los niños, se acrecentó exponencialmente. La primera posibilidad real de ser los humanos y la tierra, considerados como un nuevo puerto pacífico interestelar, donde los avances del universo se pudieran dar, compartir y vivir en favor de los terrícolas también se multiplicó por millones de veces.

Pero… 

Los padres de Andrea y Miguel, no les creyeron nada a los niños. Es más, los mandaron a sus camas sin cenar por andar una vez más contando todo tipo de historias fantásticas. Nunca les creían a los niños nada… Los maestros en la escuela de ambos, tampoco les creyeron nada. Pues no, eran de esos chapados a la antigua, de los que hacen exámenes para pasar a los alumnos o reprobarlos y no de los que enseñan a los chicos a pensar, a aprender a aprender, y son faltos de creatividad, innovación o modernidad en su transmisión de conocimientos. ¡Vaya sistema obsoleto de enseñanza-aprendizaje!

Zip y Zap, por su parte, tendrían que solicitar un cambio a los estereotipos y creencias sobre los humanos. No sería fácil convencer a todos en la galaxia sobre la posible bondad de los humanos… Pero estaban seguros de poder lograrlo en unos cuantos años más.

Lo bueno de todo era que Andrea, Miguel, Zip y Zap se quedon de ver pronto para vivir una nueva serie de aventuras, aprendizajes y logros… Sólo el tiempo diría cuando eso sería posible… Probablemente en uno de sus regresos por agua y deliciosas golosinas.

-“Ah… también la historia diría si los niños logarían convencer siquiera a un humano adulto de la verdad de su aventura y del posible alcance de los conocimientos que habían adquirido de sus pequeños amigos verdes, rojos, anaranjados y azules, de otro planeta, -“Kuaptroz”-. O, tendrían primero que crecer para luego poder usar lo que finalmente aprendieron… ¿Realmente importaba…?

¡Buenas noches Miguel! ¡Buenas noches Andrea!

¡Buenas noches y buen viaje Zip y Zap!

 

¡Te espero EN LA SEPTIMA SESIÓN el: sábado 7 de MARZO del 2020!

DONDE: 

Las sesiones de “ESCRITURA GRUPAL” serán los primeros sábados de cada mes a las 11:00 A.M. en “El GLOBO” de Interlomas. Localizado frente a la Plaza Interlomas (la vieja) y junto al McDonald’s. Cerca también de la Universidad Anáhuac del  Norte (Tecamachalco, Edo. México). Terminaremos cada sesión a las 13:00 P.M., aproximadamente. ¡No llegues tarde! ¡Te esperamos!

¡BIENVENIDO A ESTE NUEVO VIAJE LITERARIO!

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¡TE ESPERAMOS…!

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FOTOS: MATERIAL PROPIETARIO DE PULSO PYME Y CORTESIA DE Todo-Mail