Hace unos días recibí información muy interesante acerca del nuevo modelo educativo de una de las instituciones más prestigiadas del país, esto resulto muy interesante ya que entender el cambio, de un modelo ya tan estructurado, no es fácil y proponerlo en estos tiempos en mi opinión es hasta un reto.

Por supuesto también es estimulante y como versa aquel refrán popular “si ves la barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar”, supongo que lo habrán escuchado… esto nos llevaría a pensar en que tenemos que cambiar nuestra forma de ver la preparación en todos los niveles.

Particularmente en mi despertó la inquietud de profundizar desde una perspectiva diferente, el porqué de ese cambio y reflexionar cual es el rumbo que debe seguir la educación universitaria en México, así que en esta ocasión quiero compartir mi pensamiento con los lectores.

Creo que es importante en primera instancia entender que el efecto del cambio generacional en la sociedad, puede ser el detonante para esta evolución educativa.

Por ello es prioritario que tengamos claro que los intereses, aspiraciones, etc. pero más importante aún, los procesos que fundamentaron la necesidad de preparación, la estructura del pensamiento para el desarrollo personal, para la evolución organizacional en las instituciones, en fin, para el funcionamiento del mundo, es generacionalmente diferente.

Partimos del cambio de un mundo totalmente orientado, gobernado  y sumido en el más puro afán de competencia, para llegar a hoy tener una perspectiva de un mundo volcado a la colaboración, esto sin duda nos ayuda a entender que desde lo más recóndito del ser humano, el esquema anterior está dejando de funcionar.

Sin duda, esto va a afectar a las personas, empresas, gobiernos, etc. y por supuesto a las instituciones formadoras de talento, pero ¿ya está lista esta evolución del conocimiento?

Es ahí donde está, en mi opinión, la oportunidad, especialmente en Economías Emergentes, donde podríamos “ganarle” un poquito al desarrollo intelectual, natural de nuestras sociedades, para aprovechar el momento, actualizarnos más rápido, es decir darle la bienvenida a este cambio, antes de que como en la mayoría de los casos, adoptamos el cambio una vez que las grandes potencias ya lo tienen bien implementado, situación que históricamente ha sido un cómplice para que el desfase intelectual genere desventajas que nos alejan exponencialmente de un mejor porvenir.

Así nos ven los Z  y en parte los Millenials

Por supuesto como todo cambio, siempre vamos a encontrar barreras de todo tipo, especialmente de la gente que encuentra ventajas en el atraso de las sociedades y en retraso de la evolución del pensamiento independiente, que cada uno debe alimentar no solo con su trabajo, sino con ideas y conocimiento, es ahí donde creo aún más en que el cambio, que obviamente por lo que estamos viendo en estas instituciones formadoras, deberá surgir de ellas. Al igual que ocurre en muchos otros países principalmente de primer mundo. Instituciones que son las verdaderas generadores del cambio y no solo una línea de atención, con respuestas reactivas en muchos casos a los intereses gubernamentales, empresariales o particulares que no siempre están alineados con el bien común. Cuando la proposición debería de ser el punto medular de su existencia. O podríamos preguntarnos como entonces evoluciona la sociedad, solo respondiendo a los cambios o proponiéndolos…

Bueno, ante esta situación, decía que vale la pena conocer un poco más de como se ha dado este cambio generacional y para ello se me ocurrió crear la siguiente gráfica, a fin de dar un escenario visual de la explicación de esta evolución.

Grafica Generacional

La idea de esta gráfica es visualizar como ha sido el camino para las distintas generaciones para tratar de ascender en ciertos objetivos.

Observemos que mientras que en la época de los Baby Boomers el resultado que se buscaba era pasar digamos del sitio 1 al 2 en la gráfica, este proceso estaba íntimamente relacionado con el sentido de experiencia que se manejaba en esa época, incluso en muchos casos observamos que la preparación de competencias, no era la “búsqueda” principal y esto provocaba que cuando se daba ese movimiento, no se tenía un conocimiento anterior del punto 2, por lo que pensar en optimizar, innovar, etc. se diluía hasta ganar experiencia en el mismo y a través de la misma, continuar el ascenso y asi suscesivamente continuaría el esquema.

Podemos imaginar que cuando llegas al punto 5 no tienes elementos formales para hacer cambios, si, conoces por experiencia los 4 pasos anteriores pero empíricamente en muchas ocasiones, esto frena la  optimización pero nos dejaba un escenario donde la competencia podía significar un camino al éxito, por ende promoverla era parte del estímulo que abanderaba esa generación.

Esto en un mundo digamos bastante estático, era sin duda una fórmula válida y productiva, tanto para las empresas, como para las personas.  La perspectiva de los esquemas de jubilación, pensiones, prestaciones de salud, etc. reforzaban contundentemente esta evolución.

“El mejor camino para llegar al éxito es empezar desde abajo”

La preparación entonces era vista por muy pocos, como el camino a la optimización de los niveles directivos de las empresas, este enfoque hacia que quienes creían y querían realmente encontrar la fuente del conocimiento y el cambio en los recintos universitarios, hizo que acudieran en gran medida a buscarlo en otros países, donde los cambios ya estaban latentes y surgía una nueva forma de ver y entender la productividad y la excelencia.

El Aula actual y ¿futura? de los Z.

Al surgimiento de la nueva generación X, le caracteriza digamos, una nueva variante alrededor de las competencias, con lo que surge la idea de que una buena preparación, te llevaría a iniciar el camino del ascenso desde un punto digamos más favorable, pero desafortunadamente con las mismas características o carencias al generar los movimientos de crecimiento, el nivel 5 por tanto podríamos decir que seguía estando desprotegido y la preparación seguía estando “fuera” pero ahora ya existe una mayor conciencia de que el camino anterior estaba condenado a clausurarse.

La evolución hacía que la experiencia ya no fuera suficiente, conocer las nuevas tecnologías, tendencias directivas, enfoques ideológicos, metodologías de productividad, calidad, etc. ahora eran un argumento indispensable para el mundo. Aunque por supuesto ya lo hemos dicho, siempre habrá quien no crea o quiera que los cambios se generen y pondrá su granito de arena para evitarlos.

“Los nuevos directivos que llegan por otra vía fuera de la experiencia No saben nada”

Para los millenials el cambio ha llegado, porque sus intereses empezaron a romper ese esquema de crecimiento individual y los niveles en general, comienzan a mostrar que la estructura de las organizaciones merece un cambio, los estímulos que habían funcionado en la generación anterior, hoy ya no lo hacen de la misma manera y la búsqueda de los niveles 4 y 5, solo se justifica como resultado de un trabajo “interesante”, de un “reto”, pero no como se visualizaba en las generaciones anteriores, si no como “Un reto Millenial”.

La preparación sigue siendo herencia de los X pero el objetivo, ya no es el mismo, la búsqueda de valores en la empresa no es lo que los mueve, sino un sentido más orientado a nuevos valores más centrados en el progreso,  el emprendimiento, la creatividad, etc.

Las Instituciones generan nuevos modelos de aprendizaje y generación del conocimiento y buscan también la integración a nuevos esquemas “globales”, algunas escuelas ya no buscan el desarrollo competitivo individual de antes, sino de ser atractivas con su oferta de conocimiento y modelos educativos para los nuevos “millenials”

Por eso en la gráfica la idea que busco generar con la flecha en ambos sentidos, es que la “movilidad” hacia el hacer algo interesante nos puede llevar hacia cualquier parte, considerando que el motor ya no está necesariamente en alcanzar el premio, que se esconde en el nivel 5 y puede radicar en cualquier punto atractivo para cada persona.

“La productividad del aprendizaje en la escuela radica en lo divertido e interesante que sea”

Para la generación Z, la cual está ya en el umbral universitario, el esquema ya es casi imperceptible, la educación y bien lo sabemos, está 8 años atrás del mundo real, con sus honrosas excepciones por supuesto. Esto hace que pensar en el sistema educativo tradicional parezca la historia de una extinción.

El trabajo está determinado para esta generación, como una actividad ya  “fuera” de los valores tradicionales y la búsqueda de actividades productivas es muy tendiente a esquemas disruptivos, que están naciendo y en incipiente evolución, estamos aprendiendo a crearlos pero, desafortunadamente lo hacemos con bases de generaciones anteriores y no “innovando” para una nueva generación.

Ante este escenario vale la pena considerar que si las instituciones que van a recibir a estos Z no hacen algo, el interés por estudiar una carrera universitaria, emprender o por integrarse a un mundo productivo, pasarán a ser algo fuera de lugar, aquí podemos decir que la velocidad de la evolución es la que está determinando que los esquemas de conocimiento tengan que ser más dinámicos.

Esquemas que deberán estar preparados para anticiparse a la Evolución, “La única forma de anticiparse a la evolución, es provocarla”.

Las instituciones deberán diseñar programas orientados a propuestas de tipo académico que busquen desarrollar el sentido altamente colaborativo, que hoy es el escenario futuro lógico, evolucionando de la individualidad de los modelos anteriores que buscaban explotar la competencia como el mejor camino a la productividad.

Pero el reto quisiera decir no es solo para las instituciones, quienes tendran que crear esos esquemas, sino que también y por otro lado, estamos quienes con amor dedicamos nuestra vida a la docencia,  porque al final seremos o no, en mayor parte, los encargados de reducir esa brecha de 8 años a cero ó menos uno ó por qué no, menos dos ó menos “x”  pero ¿Cómo? Estando en y generando el, cambio, no hay otra, la experiencia nos ayudará, pero cual experiencia podemos tener para los Z, son solo referencias de un mundo anterior a ellos. Por lo tanto, si queremos ser protagonistas del nuevo mundo, tendremos que anticiparle ese mundo a los Z y eso no podrá construirse pensando en ideologías que funcionaron en su momento, o métodos y procesos que hoy funcionan e incluso pueden ser novedosos pero no son proactivos, tecnologías de obsolescencia casi instantanea, etc. La disrupción es un camino, pero va acompañado de mucho trabajo y preparación, estar dentro del cambio significa, además de una actualización vanguardista, ser creativo e innovador, habrá que inventar ese mundo,  junto con ellos y que bonito, pero que bonito reto ¿Verdad?…

El aula moderna de los Millenials

Por eso en la gráfica, mostramos el camino que habrán de seguir los Z como una dispersión, no porque carezca de sentido, sino porque integra todos los sentidos en función de una nueva forma de ver las cosas, tal y como ellos nos están enseñando a verlas y que además, es tal y como van a funcionar.

Hagamos que “propositivo” no sea solo un adjetivo, transformémoslo en un verbo.

No es que la excelencia haya dejado de ser el objetivo, lo único que cambio es la forma de alcanzarlo, algún dia la competencia fué el camino, hoy es la colaboración.