Ante la emergencia mundial causada por el COVID-19, el sector textil en México registró una caída de ventas de un 80%, según datos de la Cámara Nacional de Industria Textil (Canaintex), lo que ha llevado a varias empresas a un paro de actividades. 

Uno de los principales problemas en el sector textil es la baja demanda a nivel mundial, lo que provoca el alto parcial o total de las plantas manufactureras y lo que nos orilla a reescribir la forma en la que hacemos negocios quienes estamos inmersos dentro de esta industria. 

Pese a las afectaciones económicas, las compañías deben buscar opciones de negocio que sean afines a sus capacidades operativas, y las cuales hagan hincapié en sus fortalezas corporativas. Un ejercicio indispensable es elaborar un mapeo de gastos e ingresos, pensando en los productos que podrían tener mayor demanda o salida al mercado para gestionar la capacidad de producción en torno a esos artículos fundamentales. 

Detectar estas ventajas operativas ante eventos inesperados ayuda a redirigir nuestras fortalezas y enfocarnos en acciones que beneficien a la organización. Un ejemplo de esto lo hacemos en Dickies, pues si bien ya proveemos a sectores esenciales como el alimentario, energético, suministro de productos básicos, cadenas de farmacias y hospitales, en estos momentos hemos concentrado la operación de la planta de Matamoros en la fabricación de insumos médicos. 

Ante las medidas del gobierno por el paro de actividades no esenciales, es vital idear soluciones estratégicas a los problemas del entorno. Esto nos habla de encontrar alternativas que involucren uno o varios procesos dentro de los canales que permitan seguir operando, tales como la manufactura de insumos o equipamiento médico que apoye el sector salud, siempre siguiendo las medidas y restricciones de la contingencia.

El que la industria textil cuente con la capacidad de adaptación es una prueba de una de las más valiosas fortalezas del sector para enfrentar a la pandemia que hoy afecta al mundo. Como industria, el aprendizaje más valioso es la definición de medidas preventivas con el objetivo de salir avantes ante las turbulencias del actual entorno. 

Tomando en cuenta lo anterior y como respuesta ante la situación de emergencia causada por el COVID-19, en Dickies, empresa líder en ropa de trabajo, modificaremos nuestra línea de producción para fabricar prendas de salubridad como batas de aislamiento. La producción se realizará en la planta ubicada en Matamoros, Tamaulipas, perteneciente a VF Corporation.

       

 “Dickies ampliará su capacidad en la planta de Tamaulipas con la finalidad de apoyar con insumos médicos para combatir el contagio del COVID-19.

“Históricamente, el objetivo de Dickies ha sido elaborar prendas de calidad para los trabajadores de distintas industrias. Ahora, con la contingencia que estamos enfrentando, es nuestro turno de apoyar a los profesionales de la salud y a la población en general al brindarles materiales médicos que contribuyan a enfrentar el coronavirus. Nos sumamos a la causa desde lo mejor que sabemos hacer: fabricar prendas de primer nivel”. 

Por el momento se elaborarán un total de 50 mil batas de aislamiento y que el 10% se donarán al Gobierno de Coahuila. El objetivo es prevenir un probable desabasto de estos materiales y ofrecer acceso de primera mano a los trabajadores del sector salud.

Con este esfuerzo Dickies demuestra su compromiso con los mexicanos y aporta su granito de arena para disminuir el número de contagios del virus en el país. En la misma medida, la firma 

de vestimenta laboral reafirma su capacidad de adaptación ante este tipo de escenarios y que su salud financiera no se vea afectada.