Necesitaríamos mucha inversión nacional y extranjera directa que es la que va a crear fábricas.

También la inversión financiera que entra a la Bolsa Mexicana de Valores. O qué tal que el gobierno mexicano destine partidas presupuestales para inyectarlas a la economía, especialmente en la industria de la construcción”. ¿Cierto? ¡Falso!

Claro que la inversión ayuda mucho, especialmente la directa pero está muy competida, donde China absorbe la gran tajada del pastel, y el gobierno mexicano por su parte aplica la ley del embudo y desde la década de los 70´s se gasta casi todo el presupuesto en nómina para la burocracia. (Por cierto, en los años 60s México crecía sostenidamente a tasas del 6 y 7 %).

En el 2016 México importó algo así como 377 mil millones de dólares (más de una cuarta parte de todo su Producto interno Bruto), exportó 391 mil millones de dólares (el décimo país del mundo) y recibe inversión extranjera directa algo así como 20,000 millones de dólares y en las remesas de paisanos 20,000 millones.

Si tan solo pudiéramos desarrollar proveedores mexicanos competentes y sustituyéramos un 20% de nuestras importaciones, equivaldría a una cantidad mayor que las remesas y la inversión extranjera directa, es decir 60,000 millones de dólares, suficientes para hacernos crecer al doble de velocidad de lo que hacemos actualmente, sin endeudarnos, sin dilapidar reservas energéticas y sin depender de otros gobiernos que nos quieran ayudar.

Suena más fácil decir que hacer, pero no es nada imposible. En mi experiencia directa como comprador senior y gerente de compras en empresas trasnacionales, me tocó desarrollar a media docena de proveedores nacionales que a la fecha han crecido, surten el mercado nacional y exportan exitosamente.

Los obstáculos mayores son:
1) el gobierno mexicano, ya que debería de ser más competitivo en sus tasas de impuestos, sobre todo en las relacionadas con la contratación de personal (especialmente el IMSS), tasas de ISR fuera de toda proporción contra nuestros competidores frontales, por ejemplo: 30% en México, contra 15% en promedio en China.

2) Nuestras políticas de compras corporativas en las empresas que simplemente no rompen su paradigma para ponerse el overol y desarrollar proveedores nacionales, que dicho sea de paso, les va a ahorrar flete y costos. El compromiso de los directores generales es la gran diferencia.El que está en más en nuestras manos es el 2). Ejemplo. En una ocasión me invitaron a una reunión de gerentes de compras de la industria electrónica, coordinada por la Secretaría de Economía, donde la intención era esa, que las empresas electrónicas, que solo compraban en promedio un 5% a proveedores nacionales les compraran un mayor porcentaje.

En eso, una gerente de compras comentó “los proveedores mexicanos son muy mal quedados”. Le hice una pregunta “¿de qué país eres tú? (pensé: se ha de creer francesa), se me quedó viendo con los ojos abiertos sin decir nada, sorprendida por la pregunta. Creo que ya es tiempo de dejar de vernos ajenos a nuestro país, creer en nosotros los mexicanos. Si nosotros no nos damos la oportunidad, pues no tenemos remedio.