Viajar en los trenes de Rail Europe es una de las formas más placenteras para descubrir las regiones más pintorescas de Europa. Desde la comodidad de sus modernos vagones, nos maravillamos ante las vistas de espectaculares montañas, lagos cristalinos, paisajes que se quedan grabados en la mente, ríos, campiñas, castillos, puentes y los colores más bellos.

Desde las ventanas de sus cómodos vagones, vemos un desfile de bellezas que estimulan los sentidos, haciéndonos sentir como si fuésemos parte de una obra de arte viviente. Entre los cientos de ciudades y destinos a los que tenemos acceso, Francia es uno de los grandes favoritos. Su patrimonio cultural está a nuestro alcance con conexiones rápidas y estratégicas entre las ciudades y las estaciones de trenes, basta con planear las ciudades que deseamos descubrir para que Rail Europe nos transporte a ellas, rodeados de comodidades, un servicio espectacular y las vistas más románticas del país.

Gracias a las altas velocidades de los trenes, se posible estar en París pasando por Versalles en la mañana, y en la tarde, recorrer los viñedos de la afamada región de Bordeaux. Chateau de Ferrand es una de las bodegas históricas más emblemáticas de Bordeaux y de Saint-Émilion. A la belleza paisajística de esta región se une la fascinante historia de este chateau, que se remonta al año 1702 cuando fue creado por Elie de Bétoulaud, un abogado, poeta, urbanista, cortesano, coleccionista, filántropo, amante de la buena vida y admirador del rey Luis XIV, con quien compartía la pasión por las bellas artes y la literatura. Actualmente, es un recinto donde se honra la cultura del vino y donde se producen excelentes etiquetas que se pueden catar en su bellísima sala degustación

Saint-Émilion es una región francesa formada por verdes colinas, donde se cultivan las uvas con las que se elaboran vinos de renombre. Además de su rica herencia alrededor del vino, la ciudad tiene un importante patrimonio arquitectónico y cultural, que nos envuelve con la  nostalgia de sus edificios, fortificaciones, palacios e iglesias, haciendo que sea un destino ideal para enamorarnos del vino y de la historia fascinante que lo rodea.

En este idílico lugar se encuentra el viñedo de Château Bélair, que nació de la fusión de los viñedos de Châteaux Bélair y Magdelaine, cuyos orígenes se remontan a la época romana, en la que sus vinos llegaron hasta los más lejanos rincones del imperio y que además fueron de los primeros en ser clasificados de Saint-Émilion. A mediados y finales de 1300, el chateau como tal fue creado por Robert de Knollys, y como parte de su larga historia, los visitantes podemos maravillarnos con la antigua escalera de piedra del siglo XI.

Otro de los destinos imperdibles es Languedoc, donde se encuentra el hermoso. Chateau L’Hospitalet se ubica en el corazón de La Clape, una isla histórica que conquistara el corazón de los antiguos fenicios y romanos. Las cualidades naturales de la isla junto con las habilidades de hospitalidad desarrolladas por sus habitantes, fueron la fuente de inspiración para que Gérard Bertrand fundara el hermoso chateau, un lugar mágico donde conviven la gastronomía, la historia y la cultura de la región, con una sublime manifestación artística y la esencia de la vida mediterránea.