Según autores, poetas y gente común, los sueños son imágenes difusas dentro de una inconciencia que generalmente le acompañan reapariciones o readaptaciones de algún episodio de nuestra vida, que a veces recordamos pero con guiones diferentes, personajes ambiguos, lugares donde estuvimos y con  gente que conocemos o no pero con la cual hay alguna relación, aunque difusa y a veces confusa.

No todas las noches soñamos, la verdad nadie sabe el motivo del por qué a veces soñamos y después de un buen tiempo, volvemos soñar. Los sueños nos producen emociones, sensaciones, ilusiones, temores, angustias, rencores, recuerdos y hasta alegrías o momentos inolvidables.

Siempre he creído que todos soñamos con un estilo personal, dejando el guion a Dios según el proyecto de vida que nos diseñó antes de nacer.  No hay regla que diga que hoy voy a soñar bonito o feo o de manera intrascendente, ni con quién y ni el por qué. La verdad soñar es una película de misterio, con drama, comedia o hasta puede parecer un musical.

Lo importante sería que cuando “soñamos bonito” debiéramos tener una “sueñograbadora” para recordar, ya en nuestros cinco sentidos, los detalles.

No hace mucho, soñé algo muy especial, de tal modo que cuando desperté noté que sentía algo de temor, porqué recordé al final de mi sueño y no terminó de manera agradable. Bueno… Me dije a mi mismo: -“sólo fue un sueño”.

Resulta que me encontraba en una oficina de préstamos a emprendedores, en búsqueda de un financiamiento de los que anuncia profusamente el gobierno. Desde que entré, la gente me miraba de manera extraña y la verdad no sé por qué, ya que iba vestido si no con elegancia, si con propiedad. La verdad, todo sucedió muy rápido, me negaron el préstamo para cuando tenía en el corto plazo un buen proyecto que prácticamente lo tenía en la bolsa y lo único que requería era capital de trabajo para realizar el evento al nivel del prestigio de la empresa contratante.

Cuando pregunté porque lo negaban, pareciera que el funcionario de préstamos ya tenía preparado el discurso y empezó.

Sueño de Emprendedor

Mire… No es personal, de momento todo está parado hasta que nos digan quién se va y quién se queda… Además, como ha habido mucha corrupción, quieren reforzar la honradez del nuevo personal. Ah, como si con esto pararan la corrupción me dije… Pero eso no se vale, yo que tengo que ver con este movimiento reformista y de entrada inútil… Por favor, me están quitando una buena oportunidad de trabajo… Pues hágale como quiera por el momento no hay préstamos.

En mi sueño acudí con mis mejores amigos y también me dijeron… Mira, no es personal, pero ante tanta información cruzada, difusa, confusa y contradictoria no puedo ayudar a nadie, ni a mis hermanos, porque no sé qué es lo que va a pasar.

Me quedó claro que la fuerza de la palabra, buena o mala, limpia o rencorosa, conocedora o ignorante, crece cuando se tiene poder… Pero, en ocasiones no se tiene el  poder para generar progreso, sino el poder para castigar a quién no confíe en esa palabra.

En mi sueño, pensé que quién tenga el nuevo poder se olvide de rencores, venganzas, malos compromisos y  entienda, comprenda y acepte, que para que todos confiemos en su palabra que el liderazgo se gana, no se tiene en automático simplemente por un cargo. Que va a llevar un tiempo, sí, pero todo un pueblo confía en que las cosas se reviertan, realmente mejoren sobre todo en la conciencia, para que en otro tiempo de transición, no haya víctimas de un burocratismo absurdo con propósitos muy lejanos de obtener.

Cuando desperté… Me dije: -“No claudiques, sigue adelante… Sólo fue un sueño me repetí… Quizás este día tengas suerte y la realidad sea otra… Con ese pensamiento y con fe, me dirigí a la empresa que otorgaba financiamiento. Y…

NOT FINAL: FOTOS CORTESIA DE: www.todomail.com