La historia del vino y del hombre es una de amor, que surgió con la pasión de un flechazo que sigue tan vigente como hace miles de años.

Esta particular relación no sólo parte del hecho de que el vino es delicioso, sino que tiene una base fisiológica. Beber vino, como el tinto español Portia 100% tempranillo, produce sentimientos placenteros por su habilidad para unirse a los receptores GABA de nuestro cerebro.

Experimentar el placer de beber vino aumenta cuando se acompaña con una comida adecuada a sus características, una sensación que se intensifica más cuando el vino entra en el cuerpo y relaja nuestras inhibiciones. Aunque la mejor manera de maridar al tinto Portia Roble es basarse en las sugerencias de etiqueta, otra excelente opción y más personalizada es descorchar la botella y atestiguar cómo se revelan sus características de nariz, visual y gusto, hasta que su complejidad inunde los sentidos de forma placentera.

Su gusto intenso, de buen tanino y equilibrado de este tinto inspira a probarlo con cualquier tipo de carne y patatas a la brasa; por su nariz intensa, afrutada y con marcadas notas dulces de barrica, marida muy bien con  pescados y mariscos a la marinera, mientras que su final medio y marcado por notas de madera permite que se maride con quesos de media curación, arroces y todo tipo de pastas, así como con alubias y purés en general. Su versatilidad y su temperatura de servicio a 12-15º Celsius también lo hacen ideal para acompañar con  postres de frutas del bosque.

Los vinos de D.O. Ribera del Duero Portia son dignos de escritura. Son vinos tan limpios y brillantes como la pasión con la que son producidos, logrando una maduración en condiciones adecuadas. Ya sea que se escoja el Portia Roble, Portia Crianza o Portia Prima, la armonía, la asociación y  la combinación que tienen con la comida nunca decepcionan. Aunque una mala experiencia puede ser fatal, la realidad es que con Portia siempre se tienen experiencias agradables que se desean repetir.

Las bondades y cualidades de Portia que se descubren al probarlo, también se llevan muy bien con una buena compañía y con música de fondo. Finalmente, el vino es un instrumento de placer que invita a disfrutar de momentos agradables bajo luces tenues. Cada copa es un derroche de sensualidad que envuelve al cuerpo bajo el embrujo de sus notas y de los detalles alrededor.

El color limpio y brillante de cereza picota con evolución granate del  Portia Prima, es una de las formas en que se nota la elegancia del tinto, mientras que sus aromas intenso y complejos con notas integradas de fruta madura, con las dulces y tostadas de la crianza en barrica y sus toques especiados, me transportan hasta las tierras regadas por el río del Duero, en tanto que su gusto sabroso de buena estructura, con equilibrada acidez y de tanino redondo, crean un sinfín de sensaciones en boca que enamoran al instante.